miércoles, 18 de julio de 2012

Reflexiones en la víspera de elecciones: ¡Lo posible, no me lo van a creer: no es posible!



El futuro es, afortunadamente, incierto, para bien y para mal. Nos da comezón, curiosidad, miedo, angustia, deseos, ya no nos da prisa, nos afanamos en descifrarlo, pero más en vivirlo que en vislumbrarlo, queremos influir en él, pero también que nos sorprenda.

Que hay efervescencia, que nuestro país está al borde del abismo o a punto de despegar con rumbo a las estrellas, que se abre la puerta al cambio o se cierra para siempre, que mañana está hecho de lo que hagamos hoy o de lo que no queramos hacer es, me temo, como ha ocurrido siempre un gran espejismo.

Pero en un juego hay que jugar, hay que arriesgar, hay que decir “paso, toma todo, pon uno, pon dos, todos ganan, todos pierden, pero no dejes de girar la perinola” (sin albur).

¡Ha soñar que el mundo se va a acabar! O  ¡Ha acabar que el mundo se puso a soñar! cualquier niño firmaría las dos cosas ¿Cómo saber cuándo algo es demasiado o tal vez muy poco, cuándo nos desbordamos cuando deberíamos contenernos, cuándo contenernos cuando deberíamos desbordarnos?

Hay muchos dinosaurios que pacientes aguardan nuestro despertar, pero no intuyen que la extinción no los perdonará, la historia no tiene piedad con los dinosaurios, ni con nadie, aunque no se les pise la cola.

Les invito a seguir vivos, indignados, sumergidos, revolcados, a penas a flote, pero vivos.  Y qué mejor forma de celebrar las olas que rompen sobre nosotros que ir por detrás de ellas donde la playa parece inofensiva, no hay mejor forma de romper las piedras que descubrir que son porosas, que no están juntas, que no son sólidas, que son pura apariencia pétrea que se burla de nuestros sentidos,  que se regocija escondida en cosas que parecen ser y son otra cosa.

¡Viva el 2 de julio por la mañana! para saber que es posible lo imposible porque lo posible no me lo van a creer: no es posible

Carlos Barba

No hay comentarios: