miércoles, 8 de mayo de 2013

Real y autónoma Comisión Interamericana de Derechos Humanos


La “Comisión Interamericana de Derechos Humanos” –con sede en Washington-, que bien podría llevar el nombre de “Comisión Interamericana de los llamados a misa” es de gran utilidad para el régimen de los Estados Unidos. A  través de este organismo autónomo de cordura o de equidad el gobierno norteamericano puede surtir notas periodísticas negativas de los gobiernos que piensa desestabilizar en América latina y el caribe. 

Ciertamente este organismo ha dejado constancia de que los Estados Unidos se mueve con total distancia e independencia de los tratados internacionales que protegen los derechos del hombre frente a los Estados. Sin embargo estos reportes se quedan archivados, olvidados y empolvados en cajones que los medios masivos de comunicación de nuestro vecino del norte nunca abren.

El caso ejemplar de indiferencia y menosprecio a la labor de la comisión lo da Guantánamo, campo de concentración en donde el régimen de Washington deposita para su tortura y detención indefinida, sin juicio que medie ni el mas remoto asomo de justificación, a musulmanes apresados al azar en las interminables guerras de democratización del medio oriente.

Pero para que la Comisión funcione bien requiere de la complicidad de los medios de comunicación en América Latina... Obvio es que no todos participan, pero si los suficientes, sobre todo en televisión. Por otro lado es escaso el repertorio de periodistas que se quieren acordar de cómo Estados Unidos da abrigo a conocidos terroristas. Uno de los casos sería el de Posada Carriles, agente de la CIA que entre otras hazañas ejecutó en 1976 el derribamiento de un avión de Cubana de Aviación con sus 72 pasajeros...

Ciertamente que en ocasiones la comisión ha logrado concesiones importantes en algunos países latinoamericanos. Se podría decir que de repente alguien sÍ decide acudir al sermón y atender las recomendaciones, por este motivo no debe de desaparecer. Sin embargo le urgen dos cosas: imparcialidad y un cambio de domicilio.

Que tenga su sede en Washington le corta buena parte de su capacidad de interlocución con países de América del Sur que han decidido no pertenecer al traspatio de la doctrina Monroe norteamericana.

A los miembros de la OEA, pero sobre todo a los habitantes de este continente nos urge la existencia  de una real y autónoma Comisión Interamericana de Derechos Humanos... Es necesario habilitar un organismo que nos proteja de los constantes abusos de los Estados Unidos, que no reconocen más ley que la de su paranoia.

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