sábado, 13 de octubre de 2012

La infancia en México


En 1989, durante los trabajos de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, la Organización de las Naciones Unidas definía al niño de la siguiente manera: un niño es un ser humano que tiene pocos años, inexperto, irreflexivo. Es un afortunado que recibe trato afectivo, sin importar su raza, color, sexo, idioma, religión, nacionalidad, si es rico o pobre, si tiene o no padres o impedimentos físicos o mentales. Los niños -para la ONU- son primero y están por encima de cualquier otra consideración.

Sin embargo en México, hablar de la infancia es hablar de historias de dolor, sufrimiento, pobreza, abandono, injusticia, miseria, humillación y desprecio. Es hablar de miles de menores que viven en las calles luchando por sobrevivir. Es hablar de niños acusados, señalados, estigmatizados, reprimidos, marginados, torturados y encerrados injustamente. Es hablar de leyes arbitrarias, prepotentes, represivas, injustas y contrarias a derecho.

La Constitución Política de México señala que, para su desarrollo integral, los niños y niñas  tienen derecho, entre otros, a satisfacer sus necesidades de alimentación y salud. De la misma  forma, la Ley para la Protección de los Derechos  de Niñas, Niños y Adolescentes garantiza su  derecho intrínseco a la vida en  condiciones que permitan su sano y armonioso  crecimiento físico, mental, material y social.

Es hablar de niños a quienes se les ha negado el derecho a la dignidad, al juego, a la justicia, a la libertad. Es hablar de niños golpeados, maltratados, extorsionados, violados, explotados. Es hablar de niños que abandonan la escuela porque tienen que trabajar. Es hablar de niños que duermen en las calles, que se drogan, roban y se prostituyen. Es hablar de niños que tienen hambre, están desnutridos y enfermos, con pocas probabilidades de tener un desarrollo físico, intelectual, afectivo y emocional adecuado. Es hablar de niños condenados al fracaso y a sobrevivir con serias desventajas y limitaciones para enfrentar su vida como adultos.

Según datos del CONEVAL 23 millones de niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza patrimonial y más del 25% viven en situación de pobreza alimentaria, además el 61% de ellos se encuentra en condiciones de pobreza patrimonial. Datos oficiales del año 2007 indican que en México uno de cada ocho niños entre los cinco y los 17 años trabaja. No sabemos cuántos son los niños viviendo en la calle.
Hablar de México es hablar de un estado que no piensa en sus niños, que no quiere ni le interesa hacer nada por ellos; de autoridades irresponsables e insensibles frente al sufrimiento de miles de menores. También es hablar de una sociedad que olvida y margina a los niños que ella misma produce, y con cuyo silencio y contemplación se vuelve cómplice de la injusticia en la que los menores viven.

Del artículo “La infancia en México” de Alfredo Castillo Romero. Datos de “Los derechos de la infancia y la adolescencia en México” de UNICEF-CONEVAL


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