viernes, 14 de junio de 2013

¿Otro Plan Nacional de Desarrollo?

El artículo 26 de la Constitución establece que “El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la  democratización política, social y cultural de la Nación (…) La planeación será democrática. Mediante la participación de los diversos sectores sociales  recogerá las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas al plan y los programas de  desarrollo. Habrá un plan nacional de desarrollo al que se sujetarán obligatoriamente los programas de la Administración Pública Federal. La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática… “

Los Planes Nacionales de Desarrollo se han elaborado desde hace un siglo en gran parte del mundo con distintas características: desde los rígidos planes quinquenales soviéticos hasta los franceses que siguen elaborándose. Es lógico tener una visión de medianos plazo que ayude a ubicar para dónde queremos caminar. En México se elaboró un plan sexenal que orientó las actividades gubernamentales de 1934 a 1940, pero no se volvió a elaborar otro sino hasta 1980: el Plan Global de Desarrollo, de triste recuerdo… pues cuando comenzaba a entrar en operación la economía mexicana entró en una crisis tal, que tuvo que suspender el pago de su deuda externa.

Desde entonces, se elaboran, sexenio tras sexenio, Planes nacionales de Desarrollo en México. El problema no es elaborarlos, sino cumplir con lo que dice la Constitución: que sean democráticos, que promuevan el desarrollo, que favorezcan un crecimiento equitativo, así como que favorezcan la independencia y la democracia.


Después de 32 años de planes consecutivos, cabría preguntarse la influencia real y democrática de la sociedad en la elaboración, aplicación, seguimiento y evaluación de los planes; parecería que la participación está abierta y las opiniones quedan plasmadas en los planes… siempre y cuando no se diga nada contra lo que pre  viamente traigan pensado los ilustrados gobernantes; México no parece avanzar mucho en términos de desarrollo, de crecimiento y menos de equidad. Somos todavía más dependientes que hace 32 años y sobre nuestra democracia habría que preguntarle a Monex, Televisa y Soriana para poder obtener elogios de la misma.

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