Los primeros, montados en una maquinaria estadística que mete a la balanza productos que pocos consumen. También metiendo a la balanza productos que bajan en cantidad y calidad para obtener el precio... el famoso síndrome de las caja o frasco que se hacen chiquitos. Solo así podemos llegar a esos números de fábula del 4% o menos.
Mientras los consumidores - de carne y hueso- tiene que ir al mercado y traducir a su bolso un 4% oficial que es lo más parecido a un 20% real...
¿Y cómo le hacen para traducir las alucinaciones del gobierno a la realidad de su bolsillo? Es de las cosas más sencillas! comprar menos.
Por otra parte, los precios oficiales de los productos del campo son bajísimos, mientras los precios reales de los fertilizantes han subido sin parar; el diesel sube y sube... y sube un poco más cada mes.
¿Cómo resuelve el gobierno mexicano este problema? fácil! no producimos maíz. mejor lo importamos y que el campesino aprenda a vivir de ayudas de emergencia del gobierno…….CLARO, si lo sabe pedir de buen modo.
En otras palabras, nos queda el sabor de boca de toda la comida que no pudimos comprar y nos quedamos con la certeza de que los precios oficiales son para consumo exclusivo del presidente Felipe Calderón Hinojosa, el cual se muestra muy satisfecho.
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