martes, 24 de abril de 2012

A 20 años del 22 de abril: NO SE OLVIDA.


Era un miércoles 22 de abril de 1992, los vecinos de uno de los barrios más antiguos de la ciudad de Guadalajara, el barrio de Analco, salían inquietos de sus casas, buscando ese olor tan penetrante que manaba de los drenajes.
Olía intensamente a solventes. Las personas mayores, angustiadas, asociaban este olor con los accidentes ocurridos en el 83, cuando explotó el drenaje de la calle Sierra Morena  y otro accidente que se dio por una nube tóxica sobre la Avenida Revolución ese mismo año. Alarmados, los vecinos avisaron a las autoridades. Êstas les respondían:
No hay porqué alarmarse, todo está bajo control mantengan la calma, no va a pasar nada, es una contingencia.
La primera explosión, en el cruce de la calzada independencia y la calle Aldama, formó un hoyo en el cual cayó un autobús. Los pasajeros fueron las primeras víctimas del día. Las explosiones se sucedieron con rumbo a la planta de PEMEX La Nogalera, a lo largo y ancho de la calle de Gante en el Sector Reforma.
Esta serie de explosiones del colector de aguas de desechos, destruyó de la faz del territorio tapatío 12 kilómetros y medio que contenían 98 cuadras de las colonias Barragán y Hernández, Las Conchas, Del Periodista, Quinta Velarde, Angel Guzmán, García Cuadra y Atlas.
Estos fueron: 800 viviendas derrumbadas, 400 pequeños comercios y 40 microindustrias, 1470 heridos, más de 200 muertos, 69 desaparecidos haciendo un total de 3568 familias afectadas.
Los ingredientes que cocinaron esta tragedia fueron las circunstancias de vulnerabilidad al desastre de estas colonias de bajos recursos, que además ya habían sido invadidas por las industrias desde los años 70`s y convivían de manera cotidiana con instalaciones peligrosas, así como la negligencia de las autoridades para tomar medidas preventivas
Empleados y funcionarios de la paraestatal PEMEX al mando de Manuel Silva y con la anuencia del director general Francisco Rojas, desde antes colocaron en las cloacas de la zona, bentonita, que es una arcilla muy absorbente que se utiliza para aminorar las ondas expansivas de una explosión.  Ellos ya lo sabían.
El 25 de abril Maria Gpe Fernandez Romero y Fco Fernandez Aviña, peritos de la PGJEJ cotejaron los reportes de la refinería Salamanca. Entre el primero de abril y el día 23 encontraron que 19 mil barriles equivalentes a 3 millones de litros de gasolina no llegaron a la Nogalera, e impregnaron el subsuelo y los drenajes.
La desgracia de las personas que perdieron sus casas, sus familiares y su vida como la conocían no terminaba ahí. Inició el movimiento de apoyo que surgió de la sociedad civil, aportando acciones y elementos a la memoria histórica de Guadalajara, para que no se olvide y tratar de evitar que se repita.
Las instituciones de salud no se daban abasto con la atención a los heridos. Familiares, vecinos, policías, bomberos y voluntarios quitaban escombro, conseguían medicina y el gobierno de Salinas, de Cosío Vidaurri y Dau Flores, sólo evidenciaban la corrupción, la pantalla hueca de programas creados como el Sistema Estatal de Protección Civil que nunca hizo acto de presencia porque ni siquiera existía realmente, en su lugar, el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) creado en 1990 tomó el control de la situación. A la Procuraduría General de la República se le asignó la investigación para “clarificar las causas y los culpables de las explosiones”.
Salinas de Gortari optó por encubrir a PEMEX y a su director Francisco Rojas. Del otro lado, el gobernador priista Guillermo Cosío fue destituido y se encarceló al alcalde Enrique Dau Flores.
Dau Flores salió de prisión y se le nombró director general de la Comisión Estatal de  Agua y Saneamiento de Jalisco desde donde impulsó la construcción de la fallida Presa de Arcediano.
A 20 años de la tragedia, PEMEX aún no indemniza debidamente a los damnificados de las explosiones ocurridas. El gobierno ni siquiera ha garantizado atención médica de calidad a los discapacitados por el siniestro, mucho menos una pensión digna. Los afectados siguen escuchando lo mismo desde que ocurrió la tragedia: puras promesas…..



Fuentes: Notas publicadas en el periódico La Jornada y “Lecciones de un desastre” de Jesús Manuel Macias aparecido en la revista de la Red de Estudios en prevención de desastres en América Latina.
Texto del programa radiofónico “ Territorios “ de Radio Universidad de Guadalajara.


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